5/5 - (2 votos)

La cuarentena: cuarenta días y cuarenta largas noches en las que no podrás tener absolutamente nada de sexo.

Todo por el bien de tu mujer, para que se recupere del gran esfuerzo que hizo durante el parto.

La cuarentena también es conocida como puerperio, palabra que suena tan mal que alguien tuvo que inventarse el eufemismo cuarentena para hacernos más felices.

Durante la cuarentena: Aceptación

Si el embarazo ya modificó tu ritmo sexual, con infinitos cambios según la semana de embarazo, después de tener a vuestro hijo, tenderá a cero. Cero patatero.

Las primeras semanas es cierto que no tendréis tiempo ni de miraros, y lo único que podrás hacer será ayudarle a curarse los puntos, y a limpiarse bien la zona cada día.

Además ella estará tan, tan, tan embobada con vuestra criatura que en su cabeza el sexo estará al final de la lista de prioridades. Bueno no digo que sea así en todos los casos, pero es un poco cuestión de instinto-naturaleza; proteger y asegurar la supervivencia del recién nacido es su prioridad (y la tuya también).

Así que no puedes hacer mucho; tan solo esperar mientras te desesperas.



Cuarenta días después: Desesperación

¿Cuarenta días? ¡Ja! Como imaginarás, cuarenta días no son cuarenta días.

Digamos que «la cuarentena» es una unidad de medida temporal indefinida. Puede extenderse, y extenderse hasta un año según dicen algunos. El número implícito en ese nombre es solo una meta intermedia.  Y si ya estabas que te subías por las paredes, después de cruzar esa meta será peor. No te lo podrás quitar de tu mente.

Pero bueno, como decían en uno de los comentarios del capítulo sobre el sexo antes de quedar embarazados, el onanismo puede ser tu salvación. Si consigues centrarte un rato, un pequeño desahogo no te vendrá nada mal, y a seguir con vuestra vida.

El final del túnel

Y tranquilo, el día menos esperado tendréis vuestra primera relación sexual post-parto. Será raro, distintas sensaciones, para ella incomodidad si tuvo muchos puntos o desgarros… Tened paciencia y eso, id poco a poco. Buscad juntos la nueva postura que más os deje disfrutar. ¡Tenéis total libertad y creatividad para vuestra nueva vida sexual!

Eso sí, cuando volváis a la faena, no os olvidéis de protegeros. En la mayoría de los casos, mientras se está con la lactancia no se ovula, pero no es así siempre. Así que si no queréis traer un hermano o hermana antes de lo que teníais planificado, tened protección a mano.